La mermelada
es una conserva de fruta cocida con azúcar.
Aunque la proporción de fruta y azúcar varía en función del tipo de mermelada, del punto de maduración de la fruta y otros factores, el punto de partida habitual es que sea en proporción 1kg a 1kg en peso.
Cuando la mezcla alcanza los 104 °C, el ácido y la pectina de la fruta reaccionan con el azúcar haciendo que al enfriarse quede sólida la mezcla.
Para que se forme la mermelada es importante que la fruta contenga pectina.
Algunas frutas que tienen pectina son: las manzanas, los cítricos, y numerosas frutas de bosque, exceptuando las fresas y las zarzamoras.
Para elaborar mermelada de estas frutas sin pectina, habra que añadir otra fruta con abundante pectina al dos por ciento (manzanas o jugo de limón)